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lunes, 13 de junio de 2016

La oración de caminante



Escrito por:  Alejandro Rutto


Señor, ayúdame a buscarte en todo tiempo, a verte en todo lugar a encontrarte en cada una de las horas en que he de vivir. 

Si he de ser una huella permite que se plasme en los verdes jardines en y los inmensos campos por donde transitan los hombres libres ante el mundo y sometidos a ti. 

Si he de ser una palabra permite que roce con ternura el entendimiento de mis semejantes que penetre con firmeza en el alma de los oyentes, que vuele feliz por las rimas de los más hermosos poemas y se deslice feliz dentro de las canciones predilectas del pueblo. 

Si he de ser un camino, ayúdame a estar siempre iluminado por la luz de tu misericordia para que puedan avanzar los viajeros de la paz, los excursionistas de la misericordia, los errabundos de la vida, los exploradores de mundos nuevos y mejores en su paso hacia la conquista de la felicidad. 

Si he de ser un verso, permite que tenga el sentido maravilloso de lo divino; la melodía del arpa con que se alaba tu nombre; el ritmo de quien danza para ti; la belleza del firmamento encendido en las tardes plenas de luz y en las mañanas en donde la aurora parece plasmada en un lienzo en donde tu pincel ha dibujado un cuadro en donde está representada la feria de los gratos sentimientos. 

Si he de ser una plegaria, ayúdame a elevarme tan alto que pueda llegar a ti sin interrupciones desafortunadas ni arrepentimientos tardíos. Que en el claro de luna llena o en el sendero abrupto y tenebroso, mis labios invoquen tu nombre inmarcesible y expresen claramente su gratitud, su intercesión o la agonía del hijo pródigo necesitado de tu afecto, tu llamado y tu perdón. 

Si he de ser un soldado, ayúdame a tener una coraza invulnerable frente a los ataques arteros del enemigo; ante a la engañosa seducción de las inicuas tentaciones; y ayúdame a batirme con valentía en tu santo nombre y a conquistar la victoria de vida eterna para más y más personas a quienes deseas abrirle la puerta de los cielos. 

Si he de ser un libro, permíteme ser portador de tus letras entretejidas en oraciones ajustadas a la fe, las cuales a su vez formen páginas de bienaventuranzas, capítulos de completa honestidad, pasajes de perfecta armonía y, finalmente, un cúmulo de enseñanzas claras, lejanas de los silencios del olvido y fiel a la memoria de tus tiempos. 

Si he de ser un peregrino, ayúdame a ganarme en tu nombre el aprecio de los de aquí y los de allá y a servirle con devoción a los unos y a los otros en el convencimiento de que tú habitas en cada persona y de que en cada ser humano está tu palabra gloriosa, tu poder ilimitado tu belleza imperecedera, tu fragancia perenne y tu presencia inconfundible. 

Si he de ser una lágrima, permite que pueda rodar por la mejilla de quien llora al sentir el gozo de encontrarte y la dicha de sentirse amado por ti. Y si he estar en los ojos del que sufre, ayúdame a ano empañar el cristal de sus esperanzas ni el horizonte de su ánimo. 

Ayúdame a lavar el corazón de quienes no te conocen y a despejar la visión de quienes te buscan incesantemente. 

Señor, ayúdame a encontrarte en el verde firme de las hojas, en el resplandor del medio día, en la tenue luz de la madrugada, en la sonrisa tierna de los niños y en la grata sensación de la suave brisa sobre mi piel y en el rocío fresco sobre la hierba matinal y en todos los rincones a donde me lleve la fuerza de la vitalidad que me has dado. Amén. 

martes, 22 de marzo de 2011

Sigilfredo Silva Torres, el apóstol del Caribe

El pastor Sigilfredo Silva Torres acompañado de su esposa Victoria  Meza  con quien ha compartido la mayor parte de su vida
Por: Alejandro Rutto Martìnez

El pastor Sigilfredo Silva Torres nació el 20 de enero de 1.939 en la Calle Concordia de El Banco, departamento del Magdalena, en el hogar conformado por Juan Silva Romero, agricultor y obrero urbano y Alicia Torres, quien se dedicó por entero a la crianza de sus siete hijos.

Cuando cumple los siete años deja su tierra natal y se traslada con sus padres a El Peñoncito, en el departamento de Bolívar, en donde la familia se dedica a labores agrícolas. Unos años después regresa junto con su señora madre y sus hermanos. Su padre en cambio viaja a Barrancabermeja en donde se vincula a la empresa Shell Cóndor de Colombia para desarrollar cualquier oficio que se le pida.
Cuando cumple 11 años de edad sigue los pasos del padre y viaja a Barrancabermeja. Allí consigue trabajo como caddy en el club Miramar en donde conoce a Dídimo Amaya, celador de ese lugar, quien le habla por primera vez de Jesucristo. Al mismo tiempo una vecina, de nombre Rosa Campo, le habla a don Juan Silva del poder redentor de Cristo y, prácticamente al tiempo, padre e hijo, deciden entregar su vida al Hijo de Dios. Una Biblia comprada por el señor Juan se convierte en el libro de lectura predilecto y en la mayor entretención de aquellos días.

El primer amor en el evangelio se produce en la Iglesia Cuadrangular de Barrancabermeja, en donde conoce también a los misioneros José y Virginia Knapp y a José Silva Hernández, quienes hacen parte de uno de los primeros grupos de evangelistas enviados por la Iglesia Cuadrangular Colombia.
Un poco después la señora Alicia Torres llega a la ciudad y la familia inicia de ésta manera un nuevo ciclo de unidad y máximo compartir de su amor.

En 1.952 Sigilfredo baja a las aguas bautismales y permanece en el departamento de Santander hasta 1.954 cuando el jefe de la familia cambia de oficio y se dedica a la pesca lo que obliga al traslado de la familia a Tamalameque, a orillas del Río Magdalena, en el departamento del Cesar. Permanecen en este lugar hasta 1.960, año en el que Juan Silva parte con el Señor, y la el núcleo familiar retorna a Barrancabermeja. Por ese entonces Sigilfredo consigue emplearse en un taller de hojalatería, de donde pasó a un aserradero, como ayudante de la máquina sinfín. Las pocas horas libres que le deja su trabajo lo emplea en su trabajo en la evangelización y servidor en el templo.

Obrero de tiempo completo

En esas estaba cuando los directivos de la iglesia lo llaman para trabajar de tiempo completo en la obra en labores de visitación y evangelismo. Fue una alegría enorme convertirse en un obrero del Señor. Mientras crecía como servidor se presentaron dificultades en la familia.

Varado en Cartagena

Por esa causa la misión decide trasladarlo para atender la iglesia de Isla Fuerte, cerca de Cartagena a la cual nunca llegará debido a una serie de incidentes. El mal tiempo y la falta de transporte hacia su destino final lo obliga a quedarse en la capital de Bolívar , en donde el supervisor distrital Laureano Medina le solicita que se vaya a trabajar en San Bernardo del Viento. Con la maleta lista para el viaje, llega un pastor de Barrancabermeja, el hermano Benigno, dispuesto a servir en la obra. El supervisor Medina considera que éste hermano, por ser casado y padrte de familia, tiene mayor necesidad económica y por esto le pide al hermano Sigilfredo que espere otra oportunidad.

Empacó sus maletas de nuevo y con mucha paciencia, esperó su tiempo, a orillas del Mar Caribe, frente a las murallas de Cartagena y el Castillo de San Felipe.

En esas estaba cuando se produce una entrevista entre el supervisor Laureano Medina y el misionero Juanito Firth. Ésta conversación cambiaría la vida del joven evangelista varado en la ciudad de Pedro de Heredia. “Don Juanito”, como era llamado el misionero inglés, conocía a Sigilfredo desde los días de Barrancabermeja, a donde había ido en viaje de misiones. Por conocerlo como buen trabajador solicitó que se le enviara a Barranquilla por un tiempo, para remplazar a un joven que le ayudaba en los quehaceres de la iglesia y que en los últimos días había pedido salir de Barranquilla.

Su arribo a Barranquilla

Llegó a la Iglesia Cuadrangular Central de Barranquilla en donde se encargaba del departamento de “todología”: realizaba instalaciones eléctricas, reparaba aparatos, mejoraba el mecanismo de los sanitarios y redes de agua. Además se encargaba de instalar el sonido en los tiempos de campaña y en los cultos regulares. Sus conocimientos de agricultura sirvieron para que ayudara en labores de campo como cuidar las aves de corral y el cultivo de abejas con que en ese entonces contaba la iglesia.

Todas sus faenas las combinaba con la terminación de los estudios bíblicos iniciados años antes en Barranca y con la predicación de la Palabra en las iglesias Central, Carrizal y El Bosque. También colaboró en los inicios de la iglesia de La Paz, en donde además de su trabajo evangelístico, ayudó en la construcción del nuevo templo. Junto a él trabajaba el evangelista Carlos Jiménez y con los misioneros trabajaba cierta joven, nacida en El Retiro, municipio de Magangué, en el departamento de Bolívar, con quien entabló una linda amistad. Con ella hizo una gran relación, aunque en la pupila de sus ojos se veían las primeras chispas de un sentimiento superior: el fuego poderoso del amor encendía sus primeras llamas entre los dos

Al presentarse las vacaciones del hermano Juanito, Sigilfredo junto a Carlos Jiménez, quedan a cargo de la iglesia Central. Corren los días del año 1.964.

Matrimonio con Vicky
En el mes de marzo de 1.966 el amor se consuma delante del altar de Dios cuando Sigilfredo Silva y Victoria Meza deciden unir sus vidas en el sagrado vínculo del matrimonio en ceremonia oficiada por el ministro Carlos Jiménez. El gran acontecimiento ocurre el viernes 11 de marzo a las 9 de la noche en la Iglesia Central de donde la pareja y sus familiares se trasladan a la recepción en la casa del hermano Alexander Martínez en el barrio La Victoria (Calle 41 con carrera 14) en donde se celebró una gran fiesta amenizada por el trío “Luz y Gozo de Cristo”, originario de Bogotá y una de las agrupaciones pioneras de la música cristiana en Colombia y que por esos días se encontraba realizando una gran campaña en Barranquilla. Victoria debió casarse con el vestido que le prestó una amiga que se había casado también por esos días, pues el suyo, enviado desde Estados Unidos por don Juanito y su esposa Jean, no llegó a tiempo.

La nueva pareja se instala en una casa dentro del área perteneciente a la iglesia Central.

Regreso de don Juanito

Don Juanito regresa a Barranquilla, Carlos Jiménez se marcha a otras latitudes y Sigilfredo pasa a convertirse en la mano derecha del veterano misionero. Al ser ordenado pastor es elegido supervisor distrital, luego de desempeñarse como supervisor zonal. Su nuevo cargo le permitió ser miembro de la directiva nacional en representación del distrito. En su primer año como directivo nacional es nombrado Secretario de Actas. Por esa época se desempeña como secretario ejecutivo de la directiva nacional y más adelante es escogido, como el primer presidente nacional por elección de la convención de pastores y delegados. Es de anotar que nunca buscó estos cargos, pero los pastores vieron en él el candidato ideal, por lo que puede decirse que fueron los cargos los que lo buscaron a él.

Pastor de la Iglesia Central
Los “Juanitos” abren una obra en Bogotá y para atenderla viajan con cierta frecuencia a esa ciudad, hasta que finalmente deciden radicarse en la capital y nombran como pastores a Sigilfredo Silva y Victoria Meza.

El Distrito Norte crecía poco a poco. Además de las iglesias de Barranquilla existían obras en Santa Marta, Ciénaga, Mompox, Suan, Santa Lucía, Campo de la Cruz y la Sierra Nevada, Maicao y Riohacha. Después la organización se extiende y llega a ochenta iglesias a principios de la década de los noventa. Posteriormente el distrito se multiplica y se crean otros dos para facilitar la administración del creciente número de iglesias y pastores, Nacen de esta manera los Distritos Tayrona y Provincia con sus sedes principales en Santa Marta y Valledupar, respectivamente.

El potente ministerio radial

En el año 2.000 el Distrito Norte, antes de multiplicarse, hace un gran esfuerzo para fortalecer el ministerio de la predicación radial. Es así como compra la “Voz de la Patria” una de las más antiguas de Barranquilla y se le re bautiza con el nombre de la “Voz de la Patria Celestial”.
Desde entonces sus micrófonos ha sido utilizados de manera exclusiva para difundir programas evangelístico durante las 24 horas del día, y hoy está posicionada como una de las estaciones de más audiencia de Barranquilla. Además su noticiero ocupa uno de los primeros lugares de sintonía en todo el departamento del Atlántico y su área de influencia.

La familia, el mayor regalo de Dios

El matrimonio con Victoria Meza ha sido pleno de felicidad y hoy goza de una hermosa familia conformada por sus hijos Esteban, casado con Naidú Rodríguez, y padre de Luis Felipe y Esteban Junior; Rebeca, casada con Gregorio Meza y madre de Jessika y Daniel; Sigilfredo Junior, casado con Leyla Yánez Portilla y padre de Jonathan, Angy y Julián; Jonathan, casado con Janet Patricia Buelvas, padre de Valeria e Isabella.

Hijos espirituales de gran trayectoria

Una gran mayoría de los pastores cuadrangulares de la Costa Atlántica son hijos espirituales de la Iglesia Central de Barranquilla como Fernando Fernández, Alcides Salas y señora, René y Aurora Peña, Carlos Hincapié, Santander Ortega, Reynel Castro y Álvaro Padilla. Otros son hijos espirituales del “hermano Sigi”, entre ellos los hermanos Iván y Reynel Castro, Humberto Sanso, José Soto, Jesús y Marina Góngora, Leonardo González, Cayetano Carbonó y Flor Sánchez. La lista es amplia y el pastor tiene temor de olvidar nombres, razón por la cual ofrece disculpas anticipadas por las lamentables omisiones que haya cometido.

Asesor administrativo y Apóstol de la obra

Desde el año 2.004 decidió pensionarse y entregó el cargo de pastor principal a su hijo Sigilfredo Junior y pasa a constituirse en un activo asesor administrativo y espiritual en cumplimiento de su cargo de Consejero, aunque en la práctica todos lo consideran como un verdadero apóstol del siglo XXI.

Postdata

La pastora victoria partió a la presencia del Señor el 1 de diciembre del año 2011, luego de luchar con inusual valentía contra las enfermedades del cuerpo.  Fue un momento doloroso para el pastor Sigilfredo, quien había diseñado su vida alrededor de Jesucristo y de su familia, hasta el punto de que los más allegados afirmaban  que era "Vickydependiente", puesto que no podía pasar sin ella mucho tiempo y la necesitaba para las más sencillas tareas cotidianas como vestirse, revisar las cuentas de la casa, preparar los sermones, visitar al médico, sentarse a la mesa para tomar los alimentos,  tomar los medicamentos a tiempo, cuidar de los nietos, etc.

La inesperada separación de ella lo obligó a cambiar drásticamente sus hábitos de vida y desde entonces le dedicó más tiempo al cuidado de los nietos, al diálogo con sus hijos  y tomó la vida con mayor tranquilidad.

El 5 de Julio de 2013 mientras acompañaba a algunos familiares en las tareas cotidianas, el Señor lo llamó a su presencia. Fue un momento de angustia para la familia y de mucha tristeza para la Iglesia Cristiana Cuadrangular. Sin embargo, el rostro sereno del apóstol y las huellas de su eterna sonrisa en el rostro, llenaron de tranquilidad a quienes asistieron a las honras fúnebres, evento en el que se congregaron miles de personas para despedir el cuerpo de quien se había constituído en uno de los más grandes patriarcas de la Iglesia en el país.



Virtudes de un padre según sus hijos: 


Rebeca : "Mi papá era amable, tierno, sereno, comprensivo, atento y siempre dispuesto a predicar la Palabra de Dios. Siempre tenía a mano una sabia palabra de consejo. Siempre estaba pendiente de mi mamá. Era absolutamente "Vickydependiente. Todo lo que hacía, lo hacía con la ayuda de ella"

Esteban: "Su mayor virtud era saber hablar, siempre te decía lo mejor y en el mejor de los tonos. Su voz era suave y tranquila, agradable de escuchar. Hasta para regañarlo a uno era suave como un algodón"


El hermano "Sigi" en frases: 

-Como está sumercé.

-Está bueno, pero le falta...(Sal, o azúcar...)   La decía a la hora de tomar los alimentos.

-Cuando los pocos hacen mucho, lo mucho que hacen se vuelve poco; pero cuando los muchos hacen poco, lo poco que hacen se vuelve mucho.



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jueves, 14 de mayo de 2009

Mensaje del predicador Pedro Vengochea

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