Mostrando entradas con la etiqueta manaure. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta manaure. Mostrar todas las entradas

jueves, 14 de marzo de 2024

Yorledys Pabón Aguilar, versos entre la esperanza y el amor


Yorledys camina por las calles de Manaure y recorre los caminos polvorientos de La Guajira en busca de las pequeñas vetas de donde surge el fuego irreversible que origina sus versos
cargados de fe y de esperanza para complementar las letras que han brotado de los pequeños surcos dejados por las cicatrices del sufrimiento a lo largo de su ciclo vital como mujer, madres y maestra.

Hoy es una de las escritoras afro con más reconocimiento en el país, con el plus de que pertenece a la etnia wayüu por la línea de los Aguilar. O sea, en sus versos reposan la impetuosa herencia africana y la inefable resistencia amerindia.


Desde temprana edad ha invertido su tiempo en escribir sus versos para que rimen con la vida como riman los colores del cardenal guajiro con los silbidos del viento en las dunas y los desiertos de la península.

Hace poco quisimos explorar su pensamiento acerca de temas de nuestros días y también de los detonantes que la han llevado a producir sus letras. Le hemos preguntado por un tema que hoy desvela a la humanidad y amenaza a la mayoría de las profesiones, la inteligencia artificial.


Nuestra pregunta fue: Yorledys, ¿Usted piensa que la inteligencia artificial, que puede hacer casi todo, hasta escribir un poema rimado, amenaza la profesión del escritor?

Ella sonríe, como si no le preocupara el peligro vecino y responde pausadamente:

“Es una pregunta muy interesante sé de personas que han utilizado la inteligencia artificial para crear textos, poesía, contar una experiencia vivida. Sólo se utiliza para producir textos, pero jamás podrá tener esas vivencias, esas emociones, esos sentimientos… nunca podrá reemplazar el sentir de un escritor”


Ella sabe de tristezas silenciosas y de sílabas elocuentes. En algunas épocas la vida la ha golpeado con dureza, lo sabemos. Pero no está demás preguntarle ¿Cuál es el manantial en donde calma su sed de escribir, es decir, qué es lo que en realidad la estimula? He aquí su inspiradora respuesta:

“En mi primer poemario hubo muchos eventos que me impactaron como fue la separación, la pérdida de mi padre… fueron sentimientos que guardé dentro de mí y al escribir con esas emociones hice como una catarsis pude soltar todo lo que me estaba haciendo daño cambié el dolor por letras y transformé el dolor en poesía”

Desde Manaure, el pueblo en donde la poesía se posa en los pezones de las pequeñas montañas de sal frente al indescifrable mar Caribe, ella aprovecha las franjas de la noche y las ventanas del día para verter letras expresivas sobre la superficie del papel.  Sin embargo, cada línea, cada párrafo, cada página que escribe se convierten en un nuevo estímulo para superar el más grande desafío de un escritor de provincia. Ella misma nos responde cuál es ese desafío:

“Aunque en Colombia se realizan muchos eventos literarios el poder tener un libro en nuestras manos es lo mejor, pero es bastante difícil el apoyo, la impresión y publicación de un libro ese es uno de los desafíos más importantes a los que me he tenido que afrontar”

En medio de sus clases, sus bailes rítmicos de danzarina experta su sonrisa espontánea aprendida en sus tiempos de reina del Carnaval en el colegio, atiza el fogón y prende la antorcha para iluminar el camino de su estilo propio, original e inconfundible.   Ella vive inspirada, pero lo está aún más en determinadas circunstancias:

“Particularmente me inspiro en sentimientos, en emociones, amor, desamor, soledad, ausencia, pérdidas…en mi segundo poemario me inspiro más que todo de mi cultura, mi cultura wayüu, hago un homenaje a esa mujer guerrera, a esa mujer luchadora, a esta etnia que pesar de las tecnologías y la modernización en la que estamos viviendo ha luchado por preservarse, por tener ese arraigo en su historia, preservarla y por tenerla siempre presente y que siempre siga adelante”

Ella no se detiene y su literatura tampoco. Mañana es otro día y de seguro nos sorprenderá de nuevo con otros versos orondos y bellas palabras que se contonean entre la línea recta de los propósitos y las redondas curvaturas del amor.

martes, 31 de octubre de 2023

Tomás Domingo Ocando, pionero de emisoras y aerolíneas (Episodio final)


Escrito por:
Alejandro Rutto Martínez

Resumen del episodio anterior:   Mingo estaba dedicado a impulsar Ondas de Maicao, la emisora que había creado,  pionera de la radiodifusión en el pueblo. Un día dejó a un lado la máquina de escribir y el radio, se puso a analizar la contabilidad de  su novedosa empresa y lo que descubrió le causó una gran sorpresa.

Las cuentas no cuadraban con la sintonía y el fervor que generaba la programación. Las huellas del lápiz rojo sobre los números de la contabilidad delataban el mal momento financiero por el que atravesaba la empresa. Los oyentes apoyaban a la emisora, pero los anunciadores no pautaban.

La tristeza hizo su aparición, pero no se desesperó. Llamó a su esposa y consultó con ella la gravedad de la situación.  

-       Tenemos que salvar la emisora dijo Mingo

-       Pero, ¿Cómo lo haremos, esos números que dejan lugar a dudas?  Estamos al borde de la quiebra, le respondió Josefina.

-       No sé, pero no podemos cerrar Ondas de Maicao, tenemos que salvarla.

Y encontraron la fórmula para salvarla, aunque para ello se vieron obligados a tomar una dolorosa decisión: venderla a un empresario que tuviera el suficiente músculo financiero para mantenerla en el aire.

Logró contactarse con empresarios radiales de Barranquilla quienes a su vez la vendieron a Aroldo Zapata  y de esta operación nacieron Radio Península y Radio Tribuna, dos de las más recordadas estaciones de radio del departamento de La Guajira.

Tomás Domingo,  por su parte, se dedicó de nuevo al comercio y a la familia. El cariño y el tiempo que le dedicaba a la emisora lo orientó hacia su flamante campero Nissan Patrol, que en adelante sería su compañero inseparable y su mejor amigo  y compañero de trabajo.

Incursionó en la compra de sal, pero prefería la de Bahía Honda, porque según sus conocimientos esta era de mejor calidad para el consumo humano y la curtiembre. Después la trajo también desde Manaure. 

También en el procesamiento de sal fue pionero, el suyo fue el primer molino para el procesamiento del mineral en Maicao. En algún momento fue distribuidor del hilo que utilizan las artesanas guajiras para elaborar sus artesanías.  


El negocio avanzaba bien y tenía cara de que mejoraría en las siguientes temporadas.   Y se volvió tan buen cliente que sus proveedores le hicieron una sorprendente propuesta: le enviarían sólo hilos blancos y él se encargaría de tinturarlos de acuerdo con la demanda del mercado  local.  

Una vez manifestara su aceptación le dieron las instrucciones necesarias y las herramientas para montar su pequeña factoría.  El proveedor le enviaba los hilos blancos y él, a través de un complejo proceso químico, los teñía de rojo, verde, morado amarillo…de acuerdo con las solicitudes de la clientela.

En el plano familiar contemos que el  hogar se llenó de alegría con la llegada de sus siete hijos Shirley de Jesús, Tomás Domingo, Indira Jazmín, Lenin Jesit, Osiris Carolina, Henry Rafael, Erica Joselina.

Incursionó también en el trabajo social a través de programas de pavimentación comunitaria lo que le valió el agradecimiento de decenas de familias y dirigentes locales quienes decidieron bautizar con su nombre un barrio de la ciudad, el cual se levantó en los mismos terrenos en donde se instalaron por primera vez los transmisores de Ondas de Maicao.  

También existe una avenida llamada Mingo Ocando: la carrera 12 en el tramo que va desde el Cuerpo de Bomberos hasta la antigua pista del Aeropuerto San José.

Jaime Mendoza Pitre, el gran profesor Pitre, define a Mingo Ocando como un ícono de los maicaeros, éstas son sus palabras:

-   “Mingo Ocando es un ícono por su seriedad, su permanencia y su querer y amor a Maicao. Lo considero y lo he llamado 'mi jefe único' por que es la persona que se ha ganado el cariño de los maicaeros. A través de la emisora logró que La Guajira y Colombia supieran qué era Maicao y cómo era Maicao. Aún sigue insistiendo en eso. Quien no conozca a Mingo Ocando es porque es muy joven o no es de Maicao. Es un mito, muy popular y su Nissan Patrol lo hace aún más popular, cuando pasa la gente dice “ahí va Mingo Ocando. Es una persona a quien le tengo gran aprecio, cariño y estima”

Mingo Ocando camina por las calles de Maicao como el hombre del millón de amigos, al que todos quieren y respetan, como un símbolo del civismo y del progreso y como pioneros de la emisora y las aerolíneas.

FIN

domingo, 22 de octubre de 2023

José Luis Palmar Díaz, el pintor que captura los colores de La Guajira (episodio final)


 Escrito por: Alejandro Rutto Martínez

Resumen del capítulo anterior: José Luis vive en Maicao, juega fútbol y se dedica por entero a la pintura. Todo parecía llenarlo en la vida, su arte, los estudios y el deporte. Además de sus hermanos José Ramón, Angélica, Carmen, Límbano y Juan.

Pero después conoció a alguien que le cambiaría dramáticamente la vida. Alguien que le hizo temblar hasta la voz. 

Se trataba de Leticia Gutiérrez Hernández, una esbelta muchacha que estaba en la transición de niña a mujer, tenía una mirada perturbadora, una silueta de sirena y un cabello hermoso, además de una personalidad arrolladora. Se enamoró de ella y, aunque era hombre de pocas palabras, se las arregló para declararle su amor.

Se hicieron novios y dos años más tarde se fueron a vivir juntos. Ella tenía tan sólo 17 años no cumplidos y era la muchacha más hermosa de la calle 15 y del barrio…La historia de amor tuvo su punto culminante el 10 de mayo de 1975 y por ahora no hay final a la vista, gracias a Dios.


La familia se hizo aún más sólida con el nacimiento de sus hijos Julio, Cindy, José José y María José.

El arte no de detiene, José Luis ha tenido sus obras expuestas en prestigiosas galerías de todo el país. Hoy no sólo es un pintor consagrado sino un artista de artes plásticas, autor de bellísimas y significativas esculturas a través de las cuales expresa su sentimiento de patria con La Guajira y con el planeta.


Es el autor de obras expuestas en el festival de esculturas, pintó un mural para la empresa Chevron y otro en el Colegio Santa Catalina, desarrolló la obra Palabrero Abstracto, ubicada hoy en Manaure y ha participado en varios salones regionales.


He tenido el privilegio de conocer el taller del maestro José Palmar y conocer sus cuadros y esculturas, así como la paz de su hogar, en donde he podido interactuar con Leticia, sus hijos y nietos.  En la vitrina encontramos un cuaderno con bocetos al carboncillo. Me llama la atención también un poema escrito a lápiz en letras mayúsculas, del cual transcribo una parte: 




En el monte fresco

Amaneciendo espero

Recibir de la brisa

El ansiado aroma

De la flor en el campo

Por donde camino

En medio de árboles

Viviendo con muchos seres

Que juntos residen

En un bello orden

 

Disfruto de la vista de cuadros que captan la soledad del desierto, el sudor del obrero cuya frente está surcada por las huellas del sol y del tiempo, el rostro de la realidad instalado en árboles que no mueren, en nidos que no sobreviven, en casas frágiles que no ceden al paso del tiempo y arena y arena que se acumula hasta en lo párpados de la memoria.


Un día lo acompaño a la premiación del Premio Departamental de Cultura. Cuando llega la hora de premiar al ganador, el presentador comienza a abrir con lentitud el sobre en donde está el nombre del privilegiado artista. Por mi mente pasa el momento en que José Luis rompía la envoltura del sobre que le enviaron un día del exterior. Desde una escuela en cuyo curso aprendería los rudimentos de su arte. Mientras elaboro la imagen del muchacho abriendo su carta el presentador ya tiene en la suya el nombre indicado por los evaluadores. Señoras y señores, el ganador es (pausa de cinco segundos que parecen como mil) …

¡¡¡José Palmar Díííííííaz!!!

El auditorio aplaude entusiasmado y sus amigos corremos a abrazarlo, pero sus hijos nos tomaron la delantera. Es apenas justo, ellos han sido privados de la compañía de su papá durante las largas horas que él permanece en el estudio y son los que ahora tienen derecho a disfrutar de primeros en este memorable día.


José Luis no se inmuta, no salta, no llora, saluda a cada uno con amabilidad y empieza su lenta caminata hasta el escenario en donde le entregarán su merecido reconocimiento.  Es la segunda vez que gana, así que es un experto en premiaciones.

La obra de José Luis Palmar es una brizna de soledad encendida en el puño cerrado de un hombre, la fuerza de un camión que recorre caminos inundados de tierra seca y de nadas imperceptibles.


Veo un espacio de la pared reservado para un nuevo cuadro y pienso en la obra de arte que el pintor concibiera en su infancia, cuando dibujó el Palacio Intendencial desde la punta del muelle de Riohacha. 

Pero ese cuadro no está, tal vez se encuentra en alguna galería de Europa, en un monasterio de Italia o simplemente en los laberintos de la memoria que se niega a olvidar los días en que germinó la semilla de mil colores y el paisaje ancestral que busca el hilo conductor hacia los orígenes de una raza que vive y palpita hasta en las grietas del barro y de la historia.

Fin

miércoles, 8 de febrero de 2023

Autorretrato de José Cárdenas

El siguiente es el autorretrato del escritor  colombiano José Cárdenas, autor del libro "El hijo de los dementes" 

Este es mi autorretrato.

Me defino, como un autodidacta 

y a modo de un hombre que se siente enorgullecido de haber nacido en el campo.

De haber tenido, desde mi edad primera,

Un  directo contacto

Con la madre Naturaleza  

Ella tan sabia me impuso sus influjos. 

Las Náyades  de sus fuentes. 

Las driades de sus bosques, 

me ungieron  con sus manos secretas

Me han hecho un formidable soñador

De un  imperecedero amor

aguerrido luchador y poeta.


Se cómo arde el leño, en las humildes cabañas

como crecen las sementeras en la úberrima tierra.

He subido a escarpadas montañas

Cómo también al terrado,

de arquitectura moderna.


Hoy ya no cuento con mis años nuevos

Pero si con la experiencia de las décadas.


Mis cabellos han volado al viento

cómo en  verano, las hojas secas.

Los cauces que surcan mi tez

Son anuncios con premura

campanazos sin ventura

de mi ya, inminente  vejez.


Soy frugal en el comer

Parco en la oratoria 

Pero si prolijo En el papel.


Hay tantas huellas en mi alma

dejadas por amores castos

otras de infieles y desalmadas

que sin recato se marcharon.

¡Son tantas!

como léntigos en mi piel.


Progresiva es la penumbra de mis ojos

Más, viva y creadora la luz de mi pensamiento.

Siempre cualquier camino que tomo

la lírica me sale al  encuentro.

Será porque vive libre y pura 

En la inquieta naturaleza de los vientos.

Y siento que  me lleva y me guía 

Con alto vuelo, vuelo alto de firmamento.

¡Oh Sublime poesía!

sábado, 3 de diciembre de 2022

Autorretrato de Ángel Woo’uliyuu


Hoy, soy lento de pasos, corto de vista, y de pocas palabras. Lo primero y  lo último, no es natural ni genético, sino, el resultado de una enfermedad, que los especialista llaman: ACV o isquemia cerebral, en cambio, para el común, que no se complica la vida con términos científicos ni nada por el estilo, lo llama simple y llanamente trombosis, así, a secas. De allí mi contoneo al caminar y también dificultades al hablar.

Mi paladar, antaño, degustaba todo. Este, también tuvo un giro de 180°. Ya no hay excesos en la comida ni en la bebida. Todo medido, dietético. Menos carne, más verduras. Con el etílico: cero.

Apasionado a las letras soy, a los buenos libros, pero mi excesivo amor a ellas, también me pasó factura. La evaporación  de las líneas de las páginas de un libro mientras las recorro con mi vista, va configurando en mi mente, la trama, el desenlace y proyecta en ella, una imagen visible y tangible del personaje del cuento o de la novela que me impide soltarla. Esta rutina, diaria, constante, cual ritual sagrado,  hizo que mi vista se cansara.

Ahora, tengo muchas dificultades en leer caracteres pequeños. Sin embargo, aquí estoy, en la lucha, sin bajar una línea, facilitando saberes, académicos y ancestrales en los  claustros educativos.

No soy tan joven, tampoco tan viejo. Para salir de dudas, juzguen ustedes. Les puedo decir que cronológicamente, llegué a existir, hace cinco décadas. Súmele  a ello un número primo de nuestro sistema decimal, el primero, y allí  tienen mi edad, contados  justo a partir del Día del Estudiante Caído.

No soy tan alto, tampoco tan bajo. Mi estatura está en la medida estándar de mi raza.  Para más información le digo que; el color de mi piel, el color de mi cabello, la forma de mis ojos, la forma de mi cara y la forma de mi cuerpo, es la herencia biológica de mi pueblo, un pueblo ancestral que se asentó en este territorio hace miles de años. Hoy, somos el grupo étnico más numeroso de Colombia.

En la parte norte de Sur América, justo en una península, en medio de la sal y frente al mar, estoy. Azul celeste y  blanco es el confalón de mi municipio, verde y blanco el de mi departamento; amarillo, azul y rojo, el de mi país.

Mi comportamiento algunas veces viene acompañado de unos patrones primigenios. Las ceremonias, los rituales, son replicados por mi familia paterna y materna, también por mis tres críos y por mi mujer. Mis tres hijos no pasan de la mayoría de edad y mi señora, a ella, la duplico en edad.

Les comento que en los últimos tres lustros, he estado inmerso en  el arte de escribir cuentos y poesías. Con suerte, algunos he publicado, otros, están en espera de serlos, eso sí, en mi lengua madre y por supuesto, en esta, con la que ustedes decodificaron e interpretaron mi pequeño relato, mi autorretrato.

Ángel  Woo’uliyuu

jueves, 1 de diciembre de 2022

Noche de tormenta

Escrito por: Yorledis Pabón Aguilar (*)


Mientras todos dormían plácidamente,

yo en mis trasnochos y en mis horas de insomnio

solo escucho caer la lluvia sobre mi techo,

siento la brisa cada vez más fuerte golpear ventanas,

golpear las puertas, golpear mi alma.

 

Esa brisa fría como mi ser, como mi vida,

eso me inspira, eso me anima.

Yo soy poeta, poeta loca, que no duerme y se trasnocha,

mientras se envuelve en cada letra.

Se va sumergiendo en cada prosa,

ya no es real, no sé si soy, no sé si fui, estoy o no estoy.

 

Hay una locura en mí, yo solo entiendo no lo intentes saber.

Hay algo fuerte, hay una coraza dentro de mí

¿Quién soy?, ya ni lo sé, es algo que intento descubrir

entre letras y escritos me pierdo,

me encuentro que es real que es fantasía,

todo esto pasa en este instante, o solo está en mi mente.

 

Estoy aquí, estoy allá es este plano

o este espacio, ya no sé qué es real.

Me fui con mis locuras a navegar mi fantasía,

es algo absurdo es algo ilógico, ya ni me entiendo.

Solo dejo que mi pluma fluya y fluya

sacando cada letra dentro de mí.

 

No soy perfecta, solo emerge de mí esta esencia.

Alzo mi vista y ya la noche se ha ido, se esfumo como mis letras

Solo las noches llenan mi alma y me despiertan

haciendo mi mente a un más demente,

devolviéndome mi locura.

 

Ya aclaró el cielo, ya no hay oscuridad,

ya no hay encanto, volví a ser yo.

Será esperar la noche y no dormir,

que vuelva toda esa magia de nuevo en mí.


*(Manaure, La Guajira. Colombia). Licenciada en Etnoeducación con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, culminando una maestría en mención de Gerencia Educativa. Actualmente es docente en la Institución Urbana Mixta # 1 de Manaure, La Guajira. Perteneciente a la etnia indígena Wayuu. Inició mostrando a sus alumnos sus escritos para que se enamorara de la lectura y se envolvieran en el mágico mundo de las letras. Apasionada por la naturaleza, orgullosa de su etnia y feliz de darla a conocer. 


lunes, 28 de marzo de 2022

La apuesta de Manaure (Segunda parte)

 


Escrito por:
Miguel Calderón Guerra

-¿Te acuerdas el día del rayo ese que cayó en el patio del colegio?

-Sí, como no me voy a acordar si me costó trabajo sacarte debajo del pupitre donde te metiste.

Leer la primera parte de La apuesta de Manaure

-Eso fue mucho susto, yo creía que el mundo se iba a acabar yo vi con mis ojos como si el sol se hubiera estrellado contra el suelo y se hubiera enterrado hasta la mitad. La imagen era hasta bonita, como un girasol gigante partido por la mitad, clavado ahí en el piso, pero sólo duró como un segundo. Imagen bonita pero aterradora, más aterrador todavía el ruido que hizo, los cuadro se cayeron de la pared, por eso me metí debajo del pupitre.

-Tienes buena memoria

-Esos sustos no se olvidan nunca

Cuando el locutor de la radio anunció las 12 en punto, Yadelis se levantó de su silla y avanzó hacia el interior de la casa, cinco minutos después regresó con individuales y cubiertos para el almuerzo

-Es chivo guisado y asado dijo la muchacha sonriente mientras iba a la cocina por los platos

-Delicioso, manifestó Luis Augusto, y me cuentan que por acá lo preparan muy bien

-Especial, muy especial para un invitado de honor, agregó Isabel.  

Luis Augusto disfrutó al máximo el momento, por primera vez en muchos meses se consideraba un hombre libre, liberado de las presiones del trabajo y en la agradable compañía de aquella ex compañera de estudios y su hija que se habían esforzado por atenderlo bien y por hacer que el tiempo pasara casi sin que se dieran cuenta.

Luis augusto señaló con su dedo índice los mangos maduros que se movían suavemente empujados por la brisa en las ramas de un árbol cercano al quiosco.

-Ese sería un buen postre después de semejante almuerzo, les dijo a sus anfitrionas

-No señor, le dijo Isabel, esos mangos son mírame y no me toque, son la decoración del patio, el que los quiera debe ganárselos.

En ese momento apareció Yadelis con tres generosas porciones de postre napoleón

-Espero que este postre le haga olvidar otros antojos, manifestó la joven

-Delicioso, manifestó Luis Augusto al saborear el primer bocado.

Cuando terminó miró el reloj y dijo:

-Nicolás, Nicolás, ya comiste ya te vas…

-Espérese un momento señor Luis, repose el almuerzo, siéntese otro rato. Juegue una partida de ajedrez con mi mamá.

Acto seguido colocó el tablero en la mesa

-Mi mamá me dijo que a ustedes les enseñaron a jugar ajedrez en el colegio. Un día compré este tablero y no lo hemos estrenado.  Jueguen una partida ustedes dos

Luis Augusto volvió a sentarse en la silla que ocupaba, tomó para sí las fichas blancas y dijo:

-No me acuerdo muy bien de las reglas del ajedrez, dijo Luis Augusto, pero jugaré la partida con una condición

-¿Y cuál es esa condición?, preguntó Yadelis

-Si gano, me dan veinte mangos de esos que son marca “mírame y no me toques”

-¿Y si pierde?, preguntó Yadelis con cierta inocencia

-Si pierde, que pague penitencia, se apresuró a contestar Isabel

-Me parece muy bien, contestó Yadelis ¿Qué opina, señor Augusto?

-Estoy de acuerdo, porque sé que no voy a perder, dijo Luis Augusto

-¿Y cuál sería la penitencia? Interrogó Yadelis

Continuará

¿Te gustaría leer la tercera parte de La Apuesta de Manaure?

La apuesta de Manaure (Primera parte)


 Escrito por:
Miguel Calderón Guerra

Ese día Luis Augusto se levantó con muchas ganas de cumplirle la promesa a su amiga Isabel a quien no veía desde mucho tiempo atrás. La había localizado por redes sociales y de esa manera supo que vivía en Manaure junto a su hija, en una casa algo apartada del pueblo. Ambos tenían ganas de reencontrarse, así que él le prometió que pasaría a saludarla cuando se le diera la oportunidad.

Leer la segunda parte de La apuesta de Manaure

La vida de Luis Augusto era un torbellino de acciones en sus ocupaciones como gerente de ventas de una prestigiosa firma, dentro de la cual había ganado cierto estatus, pero se había concentrado tanto en el trabajo que ahora era una persona solitaria, sus días y sus noches giraban alrededor de los compromisos de trabajo y había dejado en el olvido a los amigos y a la mayor parte de sus conocidos.

Le había prometido a Isabel que la visitaría ese sábado en la mañana.

-“Pero sólo puedo estar allá un rato, hasta el mediodía” le había dicho

-¿Hasta el mediodía?, me parece muy corta esa visita después de tanto tiempo, espero que cuando llegues cambies de opinión.

-No creo, pero nos vemos el sábado

El sábado llego y Luis Augusto emprendió el viaje hacia Manaure.  Se detuvo en Uribia en donde compró una canasta de peras y manzanas, las frutas preferidas de Isabel. Llegó a las 9 en punto de la mañana a la dirección indicada.

Isabel lo esperaba con alegría, aunque vestida como hija de vecina, sin muchos arreglos personales ni maquillaje. Una gran alegría se apoderó de la casa, una estancia amplia con una sala bien decorada y un piso blanco y pulcro.

-Bienvenido a tu casa, aquí puedes venir cuantas veces quieras para que te libres por un rato de ese trabajo que te ha hecho rico pero que te está envejeciendo antes de tiempo

- Gracias Isabel, gracias, pero no tienes que insultarme para brindar tu hospitalidad. Tú no cambias, esa lengua tuya es muy brava.

En ese momento salió del cuarto una joven de cabello ensortijado, mitad castaño y mitad rubio

-Te presento a mi hija Yadelis

- Mucho gusto Yadelis

-El placer es mío Luis Augusto, soy su nueva amiga y con mugo gusto

Los tres rieron a carcajadas para celebrar la rima en que se había convertido aquel saludo

Se sentaron en los puestos de la cabecera de una mesa de madera de guayacán de ocho puestos bajo el techo fresco de un quiosco de palma. Trajeron una jarra de agua de panela y le bajaron el volumen al radio en el que se escuchaban canciones vallenatas.

El resto del tiempo la pasaron recordando las buenas épocas de la primaria y de la secundaria en el Gimnasio Girardot.   Se rieron al recordar las travesuras del “Canillón” Rodríguez, de Paulino Polo de “Abecedario” Quintana y de las ocurrencias del profesor Eudilio Duarte, quien recorría los pasillos jugando al yoyo, pero con disimulo cuidaba de que todo estuviera en orden.

De pronto Isabel hizo remembranza de  uno de sus recuerdos más impactantes de los tiempos de la primaria

Continuará

Leer la segunda parte de La apuesta de Manaure

viernes, 10 de noviembre de 2017

jueves, 14 de octubre de 2010

Raúl Brugés, presidente de la Red de Casas de la Cultura


BOLETIN DE PRENSA

Tal como estaba previsto el día 13 de octubre se conformó la Red de Casas de Cultura del departamento en el marco del proyecto “Fortalecimiento e institucionalización del Sistema departamental de Cultura” que adelanta el Fondo Mixto de Cultura de La Guajira como parte de la agenda institucional de la entidad en la presente vigencia.

lunes, 10 de mayo de 2010

“No existe autorización para préstamos a cosechadores de Shorchimana y Manaure”: Francisca Freyle


Manaure-. Mediante un comunicado de prensa divulgado ayer, Francisca Freyle Mengual, gerente de la empresa Salinas Marítimas de Manaure SAMA Ltda., desmintió las versiones sobre presuntos préstamos o anticipos de pagos a los cosechadores de las charcas de Shorshimana y Manaure, por parte de la mencionada empresa.

Freyle Mengual, señaló que algunos líderes indígenas están mal informando a los cosechadores sobre asuntos que no han sido autorizados a la gerencia.

¿Sama Ltda., va a girar recursos a los cosechadores de Shorchimana y Manaure por concepto de préstamos sobre la explotación de sal?

Francisca Freyle Mengual: Son completamente falsas las versiones que circulan dentro de la comunidad, en el sentido de que esta gerencia desembolsará recursos a los cosechadores antes de la fabricación y entrega de la charca Shorchimana sencillamente porque la gerencia no ha sido autorizada para tramitar prestamos ni anticipos a los cosechadores.

Algunas versiones señalan que los dineros provendrían de una fiduciaria.

FFM: Los recursos de la desaparecida IFI Salinas, hoy día son administrados por la Fiduciaria Colombiana de Comercio Exterior Fiducoldex quien a la fecha no tiene solicitud de trámite alguno, de igual forma la Junta de Socios de SAMA Ltda., no me ha autorizado como gerente en solicitud alguna de préstamo en beneficio de los cosechadores.

Existe preocupación dentro de los cosechadores por la entrega de la charca Shorchimana en la que tradicionalmente laboran cientos de familias wayuu.

FFM: Cave recordar que los daños ocasionados en el mes de septiembre de 2009 donde se votaron al mar 7 millones de metros cúbicos de salmuera, por parte de algunos lideres indígenas conocidos por todos, ha generado la demora en la fabricación de sal en la charca Shorchimana la cual se estará cargando (llenando) a partir de la última semana del mes de junio de 2010.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Mayapo: playas de incomparable belleza en La Guajira

Mayapo, en la Guajira, posee una de las playas más hermosas del país. sus blancas arenas, su sol siempre presente, su brisa fresca y sus aguas cristalinas y frescas la convierten en uno de los atractivos turísticos más importantes del Caribe colombiano.

Analytic