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domingo, 30 de julio de 2023

29 de junio de 1993-29 de junio de 2023, treinta años después de la gran fiesta de Maicao

 ¡Oh Maicao mi pampa querida, centinela insomne frontera, los Wayuu formaron tu nombre con la espiga imperial del maíz. Bullicioso y pujante terruño del ensueño de mi edad primera, el vibrante ritual de tambores, venturosos te anuncian llegar”


Poderosas razones afectivas me impiden iniciar   nuestra crónica con la letra de una canción vallenata, lo haremos con  la primera estrofa del Himno Institucional de Maicao
, pueblo que con su gente son caros a mis afectos, su música y letra de la autoría del profesor Ramiro Choles Andrade presidente de la Academia de Historia Municipal, he recordado su letra maravillosa a propósito de los acontecimientos a los cuales me referiré en esta crónica.

Embriagado por los recuerdos dejo plasmadas en estas líneas las huellas indelebles que quedaron en mi mente de la celebración mas grande que se recuerde por  un aniversario de la fundación de la población de  Maicao, fue el 29 de junio de 1993 cuando con motivos del de los actos conmemorativos  de un nuevo aniversario de su fundación  por el Coronel Rodolfo Morales y Tomas Curvelo Iguaran   sus habitantes de todos los estratos, estirpe y condición se volcaron a las calles para presenciar el desfile solemne  de los colegios y las escuelas, de los grupos folclóricos  de los barrios y   el cierre a manera de cereza sobre el postre de la Banda Show Rafael Urdaneta que vino desde Venezuela por ese motivo especial.

Aquel día fue de fiesta colectiva, popular y de fantasía, todos éramos iguales, Servidores públicos, Autoridades Civiles, Militares y Eclesiásticas, los periodistas,  las representaciones indígenas, la colonia Libanesa, los vendedores ambulantes, concejales,  comerciantes organizados, las Damas Rosadas, los grupos folclóricos locales y los que llegaron  de los corregimientos juntos  disfrutamos a plenitud de los festejos y las inauguraciones, se inauguraron las obras de pavimentación en concreto rígido de las calles de la ciudad, entre ellos en las Avenidas Galán y Donit Vergara, la recuperación de varios parques, se reinstalaron los equipos en el Aeropuerto  y se reinauguró el Estadio de Futbol Hernando  Rene Urrea Acosta.

Aquel día  maravilloso  Amylkar mi hermano hizo entrega al Alcalde Municipal Jorge Magdaniel  de los Actos Administrativos por los cuales, por su gestión Parlamentaria se  aprobó la creación de la Oficina de Registro de  Instrumentos Públicos en Maicao que hasta entonces dependía de Riohacha, y de la certificación expedida por la Superintendencia de Notariado y Registro que se tenían reservados los recursos para la construcción de esas oficinas, igual le hizo entrega de la aprobación por parte de la Directora Nacional del ICBF de  la construcción de la sede de esa institución en el Barrio Loma Fresca pues  esa entidad operaba hasta entonces  en una casa arrendada en el Barrio Pastrana,  en el mismo acto le hizo conocer que a petición de “El Chévere” un líder comunal había  conseguido con su amigo Monche Dávila  Gerente de Gases del Caribe la aprobación del proyecto para instalar el Gas Domiciliario en los barrios Majupay y sus circunvecinos que todavía cocinaban con Bombonas de gas propano,  leña y carbón, y con el Dr.  William Pimienta  la aprobación del proyecto de electrificación del alumbrado público  del Barrio Torre  de La Majayura  por petición de la familia Polanco, de todo lo anterior fueron testigos entre otros los entonces concejales Aurelio Arregocés, José Villalba y Joaquín Valencia y el malogrado líder cívico Miguel Lora Q.E.P.D. esos cabildantes que  acompañados de Rodrigo Amaya lograron la aprobación del Acuerdo por el cual se le concedieron las facultades al Alcalde Municipal para ceder los predios al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y a la Superintendencia de Notariado y Registro respectivamente, igual fue el día que hizo saber  que había logrado conseguir los recursos para el único proyecto que finalmente   no se pudo ejecutar  la construcción de la variante para que las tractomulas no pasaran por la calle 16,  a esa obra se opuso el  propietario de unos predios cercanos a quien todos le tenían miedo; ya nadie lo  recuerda porque la memoria es desagradecida, lastima grande que en las obras colocan  una placa donde está el nombre de quien adjudica el contrato pero no de quien gestiona los proyectos, por eso  decía mi abuela que  nadie sabe para quien trabaja y así se llamaba su casa “NADIEN SABE”..

Ese día cívico se realizó la inauguración de la Casa de La Cultura “Ramiro Choles Andrade” para el impulso y desarrollo de la cultura y  las distintas expresiones artísticas en el pueblo del Abuelo de las Barbas de Maíz, me correspondió la honrosa responsabilidad de representar al señor Alcalde  con la presentación que hice de una obra del escritor Gabriel Ferrer con nutrida asistencia y gran alegría de la concurrencia con la organización del escritor Víctor Bravo Mendoza, fue un acto académico majestuoso, a la altura de la magna celebración de aquellos tiempos cuando en Maicao se podía bailar por las noches, y todos remábamos para el mismo lado, el bienestar común y no para satisfacción de ambiciones individuales, eso es imposible de olvidar, Maicao era amado por sus hijos y por todos aquellos que sin haber nacido allá llegamos a hacer el bien, ojala sus raizales hijos hagan un análisis retrospectivos que ha pasado desde entonces para que nada haya podido ser igual.


Está en mi mente el grato recuerdo del delicioso Arroz de cerdo  Apastelado que mi gran amiga Martha Villarreal Barraza preparó para atenderme, y el compartir que tuvimos con  aquellos protagonistas de los medios que hacían opinión, y ejercían con responsabilidad su derecho constitucional de informar y de ser  informados como Roberto Enrique Pineda en su programa Línea de Quinientos en la Voz de la Pampa, por las tardes en la misma emisora el Profesor Vergara, don Pedro Hurtado y Carlos Serrano Cotes, al medio día, Jarvis Cuesta Siosi, Ernesto Acosta, Charles Daung, Jorge Ochoa  y Jaime Rengifo, en RCN Armando Correa Saavedra y Eliecer Jiménez Julio, era gente escuchada, respetada y respetuosa que ponían a pensar a la opinión pública, esta cadena radial transmitía desde la calle 16 sobre las oficinas de ACODELCO una Inmobiliaria de propiedad de armando Amaris Arteaga y las oficinas de Abogados de don Moris Goldringer, un señor estudioso, místico y a veces enigmático que parecía pretencioso pero era muy buen conversador, me guastaba escucharlo para aprender, así como aprendí mucho de los amigos sinceros de mi padre que siempre me aconsejaban pues era yo un pichón de Abogado y ellos  sombras morales  tutelares del pueblo Maicaero el Profesor Roberto Atencio, y  los doctores Santander Illidge Palacios, José Lubo Pushaina,  Manuel Palacio Tiller , William Ballesteros López, Carlos Gómez Orduz, Rodolfo Palacio Iguaran, Alfonso Martínez Illidge y Alberto García Deluque.

Cuanta emoción sentimos en el corazón al recordar aquel año maravilloso para ese pueblo trabajador, muchas veces maltratado, y al cual desde tiempos pretéritos se anuncia que “Se va a acabar” pero ahí sigue incólume porque Dios ha sido particularmente generoso con su suelo y con su gente, sucedieron tantas cosas buenas que hasta unos memorables  Carnavales se organizaron y en representación de La Alcaldía Municipal fue la Reina Linda Tromp Villarreal quien se desempeñaba como Jefa de Planeación Municipal, y se realizó un Torneo de Microfutbol nocturno en el Club del Comercio.

Como dijo Darío Echandía en Chaparral   ¡¡Eran los tiempos cuando también en Maicao se podía pescar por las noches…que vaina!!!  

sábado, 6 de marzo de 2010

Homenaje a Roberto Enrique Pineda

Por: Manuel Palacio Tiller

Sobreponiéndome al dolor y la tristeza que me causa la muerte de Roberto Enrique Pineda, me nace darle el postrero adiós, porque fuimos amigos y compañeros de periodismo, y porque siendo un hombre excepcional que marcó con actuaciones importantes su paso por este mundo, no puede irse silenciosamente, sin que en nombre de tantos que supieron apreciar su valer, se haga reconocimiento póstumo a la meritoria misión que supo cumplir en beneficio de la sociedad de este departamento.

Se fue Roberto Enrique Pineda, liberado su espíritu de padecimientos carnales, a caso como recónditamente siempre lo quisiera, por innata repulsión a la grosería de la materia, obstáculo hacia un mundo mejor.

Roberto Enrique Pineda Lengua, puede ser descrito, si caben definiciones para las personas, como un ejemplar de inteligencia, la cual fue su característica esencial en todas las manifestaciones de su personalidad. El fue eso, inteligencia, que explicó su manera de ser y su vida, si también es posible un hilo conductor para entender las contradicciones que hacen a veces incomprensible al hombre.

De ahí su manera de ser atrayente, sencilla, casi que humilde, su cultura y dominio de los diferentes espacios del periodismo, lucidez de disertación, elegancia de estilo, todo bajo el encanto de un refinamiento humilde pero solemne. Su excepcionalidad no provenía de alguna manifestación extraordinaria de la naturaleza, sino de una animación e impregnación de su calidad humana, de una especie de intuición innata de todo aquello que supera por causas intrínsecas a las demás cosas. Su manifestación externa de esta idiosincrasia se advertía en la estética de su postura y de comprender la vida, en la elegancia de su manera y tratos, en el refinamiento de sus palabras, en sus programas periodísticos y aún en la sencillez de sus placeres.

Andaba por la vida, pues, con la desenvoltura de que premonitoriamente sabia por donde y a donde iba en el logro de sus objetivos, evadiendo conjeturas consecuencias de la acechanza y la envidia.

Naturalmente, siempre triunfaba y, no de cualquier manera deprimente o compasiva que afearan su postura, ni jadeos de agotamiento angustioso de la resistencia, sino con elegancia deslumbrante de sortear la dificultad del momento con la facilidad de la destreza.

Lo que en él constituía una cualidad influyente sobre lo demás era, no el viento, sino el torbellino de su portentosa imaginación que lo empujaba hacer un periodismo mejor a favor de la sociedad en el marco de sus actividades profesionales. Su originalidad, la magnitud de su imaginación y su deslumbramiento fueron cualidades innatas sin sustraer envanecer su sencillez interna.

Como periodista, fue un hombre combatiente y descolló siempre en la buena información para bien de todos. Su noticiero mañanero y el programa Línea de 500 fueron marcas para incrustar en los pañales de su cariño a todo un pueblo que lo vio crecer y prosperar y lo reconoció como uno de sus hijos en el ápice del triunfo y del éxito, lo que le dio la supremacía de su calidad profesional por encima de tantos enanos.

Nos duele profundamente su desaparición. Valoramos con exactitud resignada el vacío que nos deja su presencia de intelectual y de periodista, en una región plegada de conceptos adversos donde campea la inversión de valores y se nota el atrevimiento de la ignorancia, más no el equilibrio de la balanza de la profesionalidad y la compostura.

Sus amigos, - que fueron muchos – sus colegas, siempre lo admiramos con deleite, por lo que hoy sentimos el frio de su ausencia, que sólo calma la calidez de su recuerdo. Su partida irreparable hoy lloramos con mucha tristeza, pero hay un día Roberto Enrique Pineda, como dijera el poeta Se levan anclas para nunca más volver: Un día en que discurren vientos ineluctables…. Un día en que ya nadie nos puede retener, cuando vamos al puerto de la buenaventuranza en la eternidad donde llegan todos los buenos hijos de Dios.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Grito en el Desierto

Ecos de literatura*



Por: Manuel Palacio Tiller

El escritor FREDY GONZALEZ ZUBIRIA acaba de publicar un ensayo sobre Los esclavos wayuu de las haciendas del Zulia. Tiempo perdido en las partes oscuras de la historia por la pusilanimidad de la sociedad, que compromete a gobiernos de los países donde ocurrieron los hechos, y, por el hecho de carecer de defensores los sujetos pasivos de la trata, acompañada de la complicidad correlativa de dos Estados en las dos primeras décadas del siglo XX, a un núcleo humano colocado en las fronteras que nunca comprendieron la existencia de sus indios para colocarlos en los cuadernos de su identidad, pues los indios americanos jamás han merecido de quienes los subyugaron una categoría de seres participantes de su hibridad, para poder contemplar una acción de defensa.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Biografías de maicaeros de hoy y de ayer

Hemos decidido iniciar una publicación de la biografía de maicaeros que han engrandecido a la ciudad en todas las épocas.  La escogencia de los nombres no corresponde a ninguna selección rigurosa, ni siquiera a criterios pre definidos. Para la primera entrega escogimos personas a quienes se les pudo llegar, gente noble que quiso colaborarle a nuestros investigadores y colaboró entregando sus datos sin poner ningún reparo.  Otras personas manifestaron sus reservas y, por alguna razón que respetamos, prefirieron que sus nombres no fueran incluidos.

La lista  de buenos maicaeros es enorme y talvez nunca alcancemos a tener todas las biografías de los ciudadanos que merecen estar aqui. Por eso, te pedimos encarecidamente que nos ayudes, bien sea con la sugerencia de nuevos nombres, con la entrega de datos, con el suministro de direcciones y teléfonos o, de una vez con la nota lista para publicar.

Creemos que esta será una nueva contribución para consolidad los cimientos de la maicaeridad. Te invitamos entonces a disfrutar de la primera biografía.

Plinio López Jiménez

Por: Shery Ortega

Nació el 22 de julio de 1952 en Maicao (La Guajira). Hijo de Carlos López Machado oriundo de Mompox y de Octavia Jiménez Badillo nacida en el sur de Bolívar, ambos fallecidos...

Leer la biografía completa


Rita Remedios Pimienta Ortiz

Por: Shery Ortega

Nació en Maicao (La Guajira) el 24 de octubre de 1955. Hija de Rosario Ortiz de Pimienta y Reinaldo Pimienta Redondo...


Leer toda la biografía


Edulfo Calderón Morales

Por: Shery Ortega

Nació en Valledupar (Cesar), en el barrio Cañahuate el 22 de marzo de 1950, su madre fue Elvira Mercedes Morales Guerra y su padre Eladio Antonio Calderón Galindo (Toño Calderón), uno de los últimos curadores de Valledupar.

Leer toda la biografía


Manuel Palacio Tiller

Por: Yeritza Vides, Glenys Ruiz, Yoelis Riasco


Nacido en Maicao en el año 1941, hijo de José Arístides (Rosario) Tiller Pushaina y Joaquina Víncula Palacio Fince, del clan Aapûshaina. El mayor de seis hermanos y padre de cinco hijos.

Los primeros años de estudios los hizo en la Escuela Pública de Varones con los reconocidos maestros Don Camilo Pimienta y Juana Rosa Benjumea, pasó al Instituto Santander del Profesor Antonio Gutiérrez Estrada y luego Leer toda la biografìa

viernes, 14 de agosto de 2009

Maicao: proceso de poblamiento

Por: Manuel Palacio Tiller
C.E.I.C
Centro de Estudios e Investigaciones Inter Culturales


PREÁMBULO
______________

La ley 88 de 1910, establece que en el territorio de la guajira, el Poder Ejecutivo podría crear y organizar Corregimientos y Comisarias. Fundamento para que el gobierno del Presidente Carlos E. Restrepo creara entonces una Comisaria Especial en el territorio guajiro, por medio del decreto 807 del 31 de agosto de 1911. El referido decreto señala como capital de la Comisaria a la ranchería Wala-Walao (Guaraguarao).

El general Francisco D. Pichón fue nombrado Comisario, y como tal se le encomendó la pacificación de los indios guajiros, en guerra y conflicto claniles desde tiempo atrás. El Comisario Pichón logró resolver uno de los últimos conflictos difíciles que se había hecho esquivo al gobierno Central, pugna que tenía inflamado los ánimos en el territorio étnico. Dos damas de las más altas alcurnias y no los caciques, las que a la postre dieron muestra de convivencia entre los grupos en reyerta que llenaron páginas sobre hechos de sangre que enlutaron a muchas familias Wayuu.

El General Pichón instó a las partes a sellar la PAZ, que La Guajira necesitaba en Guaraguarao ranchería recién escogida capital de la Comisaria, lugar equidistante de la zona de influencia de los clanes en contienda. El pacto de paz permitió la apertura y penetración de los diferentes clanes a la región que estuvo bajo control territorial por el cacique José Dolores conocidos entre los indios como UNU-UPATA, - desde la Alta Guajira en Nazareth en línea recta hasta la ribera del rio Ranchería, bordeando el curso de rio hasta Calabacito- hoy Albania y desde allí en dirección imaginaria hacia el éste hasta la desembocadura del rio Limón y desde ésta parte hacia el norte hasta en punto de partida- que permitió la paz que se pactó entre las dos mujeres: LAURA BONIVENTO Y CRISTINA GONZÁLEZ.

Ocurrido aquel armisticio, los clanes represados por aquella guerra penetraron con sus animales hacia la zona que estuvo en dominio en busca de agua y pasto para sus crías.

EL EXODO

Afianzada la paz de Guaraguarao se aseguró la confianza de los indios de la parte norte del territorio étnico. Entonces, varias circunstancias internas y externas se unen para precipitar un éxodo masivo hacia las sabanas de Anoui de los Wayuu con sus animales por delante.

Otra motivo en particular, es la de que a partir de agosto de 1914 hay declaraciones de guerra en Europa con Alemania que encabeza el conflicto. Ocurrida esa guerra, la sangre y el fango de las trincheras despojan a la lucha de todo heroico romanticismo y para millones de hombres la guerra constituyó la mayor equivocación humana y una locura criminal de monarcas y militares. Todos los países se hallaban agotados; tras los campos de batallas los espectros del hambre y las epidemias, la revolución y la guerra civil constituía nuevas hecatombes que duró hasta el años de 1918 cuando comienza el armisticio.

Durante aquellos cuatro años y de este lado del océano los puertos naturales y perleros de la costa Caribe de la península de la Guajira, también se encontraban en ruinas porque el negocio de estos puertos era con los países europeos protagonistas de la conflagración. Los barcos y mercancías de Holanda, Inglaterra, Francia, Estados Unidos y la Alemania desbastadas dejaron de llegar y se acabó el intercambio floreciente de perlas, sal, palo brasil, cuero y carne en tasajo que alimentaba el otrora mercado europeo. Entonces, los comerciantes de los puertos guajiros y todos los que vivían de reflejo de aquella actividad, agotada la bonanza, emigran a otros lares en busca de nuevas oportunidades para sobrevivir y la alternativa no es otra que mirar hacia las estribaciones de las serranías en busca de ríos y praderas. Marchan al sur familias entera con sus animales.

Otro motivo, el territorio guajiro clamaba más fuerte su canto de dolor en sus agónicos veranos, cuando el ganado, los caballos y chivos en épocas de abundancia alegraban la llanura, ahora se arrastraban sin aliento entre ramazones de espinas hasta caer desvanecidos del hambre y la sed; los wayuu, alucinados por la ardiente fascinación de la pampa y los ojos vidrioso del miedo, en trance de angustia insuperada, emprenden el viaje también hacia las sabanas de Anoui con sus animales, de los que llegaron con vida, pues quedaron regados a lo largo de la estepa rajada por el verano.

Así mismo, Amaiceo, hija predilecta del cacique José Dolores, la que formara con labradores venezolanos y núcleos de familias arrimadas de la antigua provincia de Padilla, y comerciantes riohacheros, ella, Amaiceo, donó sus habitantes, sin mucho que hacer después de la muerte de su progenitor, acabado el conflicto wayuu y sellada la PAZ de Wala-Walao en su cercanía, los pequeños comerciantes y abarroteros en avalancha se mudan a la nueva ranchería que iniciaba su formación con los asentamientos de aquellos que venias acosados por el intenso verano y acabado la bonanza comercial con los puertos europeos antes de la primera guerra mundial.

EL POBLAMIENTO.

La primera familia que llegó hasta la geografía de lo que hoy es la ciudad de Maicao, fue la de Manuel Palacio López y señora Pilar Fince Apushana, sus hijos y animales que salieron del puerto natural de Tucuracas al acabarse el contrabando con los puertos europeos, quienes se arrimaron a un indígena principal que tenía el control territorial donde tenía su asentamiento en la zona que hoy ocupa los tanques elevados de Loma Fresca. Eran los inicios del año 1925 aproximadamente. Al poco tiempo después, desde Santa Rosa cerca de Tucuracas también se viene José Domingo Boscán y su señora Dolores Bonivento, sus hijos y sus animales y hacen su asentamiento en la parte norte de la laguna de Mojuupay en el sitio que hoy es el parque que lleva el nombre de dicho comerciante. Seguidamente a estas familias llegan de la Alta Guajira – Ipapure – el Cacique Eleuterio Paz, mejor conocido como Yajaira con su señora Aminta González del clan Apushana, con hijos y animales se instalan en la parte norte de la actual Mezquita. Detrás de este núcleo familiar llegan los hermanos de la señora Aminta González con Luis Ángel a la cabeza, viene Alpidio, Harmágoras, “El Gato”, María Aminta, Abigail, Edmundo González respectivamente con hijos y animales y se instala en la parte sur del actual casco urbano, en la ranchería de Meechenay.

De igual manera lo hace también Cristina Gonzales hija de Edmundo Gonzales viuda del cacique José Dolores, quien se ubica en la parte norte de una laguna que existió donde se encuentra construido el colegio San José vía Carraipia. La señora Cristina González es la misma que había participado con Laura Bonivento en la renombrada paz de Guaraguarao. La zona ocupada se llama hoy barrio Buenos Aires.

Los indígenas que venían de la Alta Guajira a raíz del intenso verano se instalaron en diferentes ranchería en la parte norte del arroyo denominado Parrantial, fueron entre otros Sebastián Ramírez con su señora Adelaida Webber; Abraham Ramírez y su señora Laura González, Roberto Ramírez y su señora Blanca González; en Majayutpana Rudesindo González y Filomena González; Ramón Ramírez; Marcelo González y Soledad Duarte en Kasichi.

Es digno de destacar que a partir del de 1920 en Venezuela, en el estado Zulia se descubrió el primer pozo petrolero que originó la llegada de empresas extranjeras a Maracaibo para producir una extraordinaria demanda de alimento, carne y queso que solo podía conseguirse y solventarse con los animales de los desplazados ubicado en la parte de Maicao, formando entonces mercados satélites con las rancherías recién instaladas que tuvo como epicentro en el núcleo de las primeras familias que habían llegado de la costas de Tucuracas. La demanda ocasionada por la explotación del petróleo despertó el ánimo de los comerciantes y abarroteros de Amaiceo que se trasladan casi todos a la nueva ranchería denominada Maiko’u.

Maicao, después convertida en próspera población en el cruce de caminos exige parada que piden las fatigas de los viajeros que la convierten en lugar de paso y tránsito, luego de tráfico, despierta la mirada hacia ella de los gendarme de aduanas que fueron comisionados por el Comisario Erasmo del Valle y llegaron hasta lo que hoy es Maicao, con Rodolfo Morales a la cabeza y como segundo comandante a Tomas Cúrvelo quienes venias en misión expresa de cobrar los impuestos a los alambiques que comenzaban a formarse y controlar el trafico de whisky y otras mercancía extranjeras cuyo aranceles reclamaban el departamento del Magdalena a la que pertenecía administrativamente la Comisaria de la Guajira; la presencia de los gendarmes dio seguridad y tranquilidad a los moradores de la nueva población que al comienzo fue de completa anarquía por falta de autoridad. Los gendarmes trajeron también a sus familias y formaron un conjunto con las diferentes familias que vinieron de Tucuracas y los desplazados de la Alta Guajira.

La llegada de los gendarmes no puede tenerse como fundamento de fundación, pues aquellos sólo vinieron con la misión específica de poner orden y controlar el tráfico del ron artesanal denominado chirrinchi y de licores de origen extranjeros, que ya se traficaba por el cierre del puerto de kojoro por las autoridades venezolanas, que también bloqueó a otro epicentro de contrabando en el lado colombiano el caserío de Ipapure.

De manera pues, la formación de Maicao no fue un acto de fundación, porque este hecho de fundar es de concepción netamente jurídica, lo que indica que como tal debe tener una causa amparada en la legitimidad de un protocolo legal que la ordene dentro de una competencia administrativa que especifique la autorización para que ocurra y para que el que ha de hacer la fundación pueda ejecutar los actos necesarios que culmine el poder encomendado, como la ocupación y apropiación de un territorio para el poblamiento, el reparto de solares, nombramiento de autoridades, fijar límites y designar el nombre respectivo del solar, trazar calles, escogencia de terrenos para la iglesia y de la comitiva oficial dentro de la plaza respectiva.

El poblamiento jamás estuvo sujeto a un protocolo o reglamento de fundación sino que estuvo amparado por las normas consuetudinarias Wayuu, debido a que le indígena principal - Walepa Apushana- que habitaba la geografía del Maicao de hoy coloco a los primeros pobladores en diferentes partes en su entorno de manera equidistante, para que los animales de cada núcleo familiar no se mezclaran con su vecino, y, así evitar disputas comunes entre los núcleos claniles y alejar conflictos futuros. Todo eso dentro de una consecución de uso del territorio y no de propiedad.

Entonces Maicao no fue fundada sino poblada por la gente que vino de Tucuracas, de la Alta Guajira, de Ipapure, y los habitantes de Amaiceo - núcleo de provincianos comerciantes de Riohacha y los denominados “mitios” provenientes de los corregimientos del sur del municipio de Riohacha – quienes junto con los labradores venezolanos que habían formado familia con los de Amaiceo, cuando vinieron reclutados por el cacique José Dolores a construir potreros y sembrar pajonales para sus caballos de guerra.

En cuando a la fecha del 29 de Junio, como fecha de efemérides, ocurrió cuando el padre capuchino José Agustín Mackenzie conocido como “Warecús”, en los inicios de los años 40 y se sorprendió del progreso de la población de Maicao y dejo como simple recomendación la detener como fecha de hito histórico, aquel día 29 de junio cuando el coronel ingeniero militar español Antonio De Arévalo ordeno fundar un poblado para el traslado de los perleros del carrizal a un nuevo caserío que llevó por nombre San Pablo de Tucuracas, a la orilla de una laguna en la costa occidental de la Guajina al sur del Cabo de la Vela.
Los padres capuchinos fueron catequizadores de los indios guajiros, por ello estuvieron muy pendientes en el desarrollo de Maicao cuando unos pobladores se trasladarnos del Puerto de Tucuracas acabadas las bonanzas perleras y comerciales a la sabanas de Anoui donde hoy se encuentra Maicao.

sábado, 2 de mayo de 2009

El baile de la yonna



El historiador wayüu Manuel Palacio Tiller hace una completa explicación sobre el significado del baile más importante de nuestra etnia.

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